Cuando la emoción es extrema, el cuerpo libera endorfina. Una sensación de euforia, de máxima energía, se traduce en el desafío de superar un nuevo límite. Pero se necesita perseverancia y disciplina. Y un ingrediente vital: la frustración, llegar a la meta es haberla superado. Es haber vencido el miedo. Es haber sentido la vida como una onda expansiva. Es sentir la recompensa de haber corrido el peligro. Deportes extremos: la meta es llegar cada vez más lejos.